Al igual que los caballeros andantes del Occidente medieval, los Ronin «samuráis errantes» han sido siempre los exponentes de cierto estado del espíritu o actitud ante la vida que se ha convertido en nuestros tiempos en el prototipo de un ideal existente en lo más profundo del corazón humano: la búsqueda de un paraíso perdido o de una realidad interior que unos llaman Grial y otros Satori.